El águila real es una de las rapaces más emblemáticas, presente en muchos de los escudos y emblemas a lo largo de la historia.
El águila incorpora todos los elementos de las grandes rapaces, posee un pico capaz de cortar la carne como si fuera un cuchillo, además cuenta en sus patas con unas garras como dagas, tan poderosas que pueden destrozar el cráneo de sus presas. Posee una visión muy superior a la humana; podría ver un conejo a unos 2 km mientras que nosotros empezaríamos a diferenciarlo a unos 200 metros.
Su vuelo es potentísismo, en su picado al lanzarse hacia la presa puede alcanzar velocidad próximas a las del halcón peregrino. Además, su fuerza le permite volar sin esfuerzo con un viento en contra de 160 km/h.
Su alimentación es muy diversa, dando caza a presas de todos los tamaños y formas: ratones, conejos, liebres, rebecos, zorros e incluso lobos, esto ocurre especialmente en Asia, donde utilizan estas aves para cetrería desde tiempos ancestrales y la caza de dichas presas les sirve como sustento, tanto por su carne como por sus pieles.
Al igual que en la mayoría de las aves de presa, las hembras son mayores que los machos. Tienen una envergadura alar de unos 2,3 metros y pueden llegar hasta los 7 kg de peso en el caso de las hembras.
Las águilas reales son monógamas. La época de reproducción es entre febrero y marzo. Tras el apareamiento la hembra pone uno o dos huevos que incuba durante 45 días hasta que salen los polluelos recubiertos por completo de plumón blanco.