El azor habita en bosques densos, tanto de llanura como de montaña y rara vez sale a campo abierto. Se le puede encontrar en Europa, Asía y América.
Es un ave de presa poderosa, el azor era venerado tradicionalmente como un símbolo de fuerza.
Posee unas alas cortas, redondeadas con plumas flexibles y con una cola larga que les sirve de timón y proporciona una excelente maniobrabilidad. Podemos observar como son capaces mientras planean o vuelan de ladear las plumas o de plegarlas para mantener el equilibrio frente al fuerte viento o para cambiar la dirección de vuelo.
Su vuelo es tremendamente ágil, con alas que se sincronizan perfectamente, cerrándose para poder pasar por los huecos más pequeños, con una rapidez y asombrosa precisión por entre las ramas de árboles de los más espesos bosques sin que su plumaje sufra ni se observe el menor roce con los obstáculos, nos parecería como si encogiese sus alas.
Caza distintas especies de aves (palomas, tordos, perdices...) y también pequeños mamíferos (conejos, liebres, ratones...) así como lagartos e insectos. Acostumbra a cazar al acecho, posado en una atalaya o en lugar privilegiado desde donde puede observar su territorio y localizar a sus posibles presas.
Con sus maniobras entre las ramas el azor, cuenta con el factor sorpresa y con la velocidad.